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Salud mental en lo cotidiano: Aprender a cuidarte sin miedo

  • Foto del escritor: Natalia
    Natalia
  • 10 oct
  • 2 Min. de lectura

Cada 10 de octubre el mundo se detiene un instante para recordar algo esencial:🌿La salud mental también es un derecho.


Desde 1992, esta fecha —impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental y apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)— busca romper el silencio y el estigma que aún rodean el bienestar emocional.


Hablar de salud mental no es una moda, ni una señal de debilidad, es un acto de conciencia. Y perder el miedo a hacerlo también es salud mental.



Perder el miedo y el tabú


Durante años aprendimos a esconder lo que sentimos. Nos enseñaron a seguir, a producir, a aparentar que “todo está bien”.

Pero el silencio también enferma. La mente se cansa cuando no puede hablar. Y el cuerpo, tarde o temprano, empieza a gritar lo que callamos.


Cuidar tu salud mental no es un lujo ni una rareza. Es una manera de honrarte, de darte espacio para escucharte y reconocerte humano.


Hoy hagamos una pausa para agradecer lo invisible, lo que no siempre se ve, pero sostiene todo lo que somos:


  • la mente que busca equilibrio en medio del caos,

  • el corazón que sigue latiendo incluso cuando duele,

  • y la fuerza que nos levanta cuando sentimos que no podemos más.


Honremos los días buenos, pero también los días grises, porque ambos nos han enseñado a conocernos, a cuidarnos y a volver a nosotros.



Un mensaje para ti, aquí y ahora


Hoy — en este Día Mundial de la Salud Mental — te invito a que te regales algo pequeño pero esencial: un segundo de atención para tu alma.


Que no sea un “esto lo hago mañana”, sino un gesto de presencia. Que no sea solo lectura, sino semilla.


Tal vez escribirás algo, suspirarás, o harás un pequeño cambio. Eso basta como comienzo. Porque lo que transforma no es la acción grandiosa de un día, sino la constancia de mirarte con ternura cada mañana.


Que este día no quede en la mera conmemoración, sino que se convierta en una puerta hacia conversaciones reales contigo mismo, hacia una vida donde sentir vuelva a ser aliado y no enemigo.


Y si hoy hay algo que podemos recordar, es que estar bien no es un estado, es un camino que se recorre con paciencia.

Un camino que empieza en el momento en que eliges escucharte, sin miedo, y decides cuidarte, sin culpa.


Cuidar tu salud mental no significa estar feliz todo el tiempo. Significa escucharte antes de colapsar, permitirte sentir sin juicio, y acompañarte con la misma ternura con la que acompañarías a alguien que amas.

 
 
 

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